En la placita Olvera, se celebraba el Día de la Raza con música, una feria de moles, bailarines, y alegría. Pero a pesar de todo el festejo, aún seguía presente el espíritu de la resistencia. Llegaron con sus cartelones para alzar sus voces, y luego marcharon hasta el edificio federal, donde están las oficinas de la migra. Allí manifestaron, y varios de ellos hablaron.

Un organizador con la Organización Socialista Internacional prestaba el uso de su megáfono para que los oradores pudieran expresar sus opiniones. Una señora declaró, "Tenemos que averiguar, ¿qué es lo que la migra está inyectando a la gente cuando los están deportando? Ha de ser una bacteria o algo porque ya han fallecido varios." Me dio un escalofrío.

Un grupo de estudiantes de Mt. SAC nos invitaron a un foro en su escuela donde van a haber presentaciones sobre cómo defender sus derechos, que se realizará el 14 de noviembre.

Poco después, los manifestantes decidieron volver a la placita, donde un agente de la policía intentó ponerle fin a la marcha. Pero los activistas ya habían decidido terminar para el día, y al policía no le quedó nadie para molestar.

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