Roque de Pablo opina-entrevista

by Emily Anderson Wednesday, Dec. 05, 2007 at 1:03 AM

REPORTAJE A ROQUE DE PABLO EN PARAGUAY* Hace algún tiempo, leímos por Internet un reportaje a Roque de Pablo, posiblemente había sido hecho en Buenos Aires, luego algunos escritos, opiniones y su paso por Bolivia. Actualmente reside en Paraguay, su país natal y desde allí, después de mucho tiempo, se decidió a hablar sobre algunos temas que seguramente desatarán nuevamente la polémica. Escritor, cantautor, es un personaje muy influyente sobre la opinión de algunos políticos, intelectuales, y estudiantes de América y Europa.



R.: ¿Cómo te sientes en Paraguay?

R. D. P.: En Paraguay estoy cómodo, caminó por las calles, viajo, hablo

con la gente en guaraní, leo, compro libros, escalo subidas (Asunción

está edificado sobre colinas, como Roma), tomo tereré que es nuestra

bebida por excelencia, escribo, observo, aprendo, me deslumbro y

horrorizo, opino, me divierto, juego, canto, hago lo que cualquier ser humano,

ni más ni menos.

R.: ¿Cómo fue tu paso por Bolivia?

R. D. P.: No fueron pasos, fue una maratón (risas). Fue una

experiencia diría imprescindible. Bolivia es un universo de culturas, creencias

e ideologías, con un campesinado altamente politizado, muy golpeado por

la pobreza; con una oligarquía local monárquica muy colonizada, una

pequeña sociedad cerrada, fundada en el culto del poder económico,

político y religioso, que poseía el 95% del todo social, en detrimento de la

inmensa mayoría empobrecida y marginada de los medios de decisión. Un

lugar cerrado, donde era palpable el realismo social de la

desesperanza, construido desde la estigmatización y el marginamiento, en síntesis,

una sociedad apaleada llena de moretones.

Bueno, a grandes rasgos, esa fue la Bolivia que percibí cuando llegue,

así es que fui describiendo una realidad que empezaba a ser la mía,

porque mi conciencia empezó estructurar ese mundo y a estructurar

respuestas.

Bolivia era una ilusión óptica, un lugar que escupía a su gente a los

países periféricos, como mano de obra barata, o chivos expiatorios, por

donde la discriminación y el racismo emergían para la autoafirmación de

gente con escasa pigmentación. Una ilusión óptica con paisajes

exóticos, droga barata, aventuras con escaso riesgo, y bajo costo.

Imagínese usted, que en este panorama, el silencio era la mejor opción;

por otra parte, digamos que no estaba ubicado en el mejor lugar para

lanzar opiniones, ya que el oriente boliviano (Santa Cruz), es cuna y

bastión de las ideas más retrógradas de ésta minoría de la cual le

hablaba, pero aún así, ese pequeño mundo estaba rodeado de excluidos,

hermosas personas que soñaban (y sueñan) con un espacio de igualdad. Ellos me

dieron voz y hablé por ellos, y claro, fíjese usted, estoy diciendo a

hablar, dialogar, compartir, intercambiar.

Las palabras de las cuales hablamos, hablaban de no violencia; las

palabras que dijimos, decían que había que curar las heridas; las palabras

decían cosas sobre la conciencia, sobre ponerse de pie. Y lo que

dijimos, lo fuimos diciendo en muchos lugares, allá lejos en los campos, en

medio de los montes, en las ciudades. Se armaban así esas hermosas

juntaderas de dialogantes, de escuchantes, donde todos fuimos aprendices.

Y también se cantaba en esos juntes, imaginate el colorido que da la

alegría del diálogo, el fuego de los fogones y las voces, eso era la

subversión de las palabras, la culminación del silencio, empezaba la

gente a montarse en un corcel llamado futuro, y a cabalgar sobre él, las

palabras decían y el futuro se abría.

R.: Y la acusación de secta, ¿cómo salió?

R.D.P.: Bueno, primero, habría que aclarar el sentido etimológico de la

palabra secta, y en ella está la respuesta a esa falacia elemental,

utilizada como artilugio y fundamento de una persecución política.

Nosotros nunca hablamos de una determinada creencia religiosa, si

hablamos de la fe interna, de la religiosidad social. Nosotros nunca le

presentamos a la gente ningún Dios, si instamos a buscar dentro de las

propias experiencias, la propia fe, la propia religiosidad, y

fundamentalmente, hacer todo lo posible para librarse del oscurantismo de las

religiones externas.

Dijimos que la fe y la religiosidad social nos ponen en situación de

religarnos, como personas y como pueblo. Dijimos que era posible

utilizar la fuerza de la fe como herramienta liberadora y elemento fundamental

para reconstruir el tejido social y que para ello habría que poner fe

en el ser humano, en sus posibilidades de emerger de la sordidez y la

barbarie de la que habían sido víctimas. Hablamos del ser humano como

valor central y que a futuro nada tendría que estar por encima del ser

humano.

No me compete a mi, andar haciendo marketing a dios o dioses, en todo

caso, mis energías están puestas en lo humano, que creo firmemente es un

milagro del universo y en muchos casos hace a sus dioses a su imagen y

semejanza y eso ya corresponde al mundo de la privacidad interna de

cada ser humano, no creo digno imponer ninguna creencia a otros.

Esta cuestión de las acusaciones, evidentemente apuntaban a

deslegitimizar nuestras ideas y pensamientos, pero en sí mismas carecían de

fundamento y solamente fueron para alimentar a la platea aterrorizada de

claques, y no buscaban otra cosa que alimentar su morbo, para mi gusto,

poco inteligente la jugada, además de inoportuna y anacrónica, abundaron

en gestos repetidos y lugares comunes, así pusieron en evidencia la

amplitud y profundidad del fraude.

Recuerdo que uno de los argumentos esgrimidos era que éramos

efectivamente una secta, porque creíamos en el amor libre, a tal afirmación de un

intelectual cruceño, se respondió con una pregunta ¿acaso se puede

amar de otro modo que no sea libremente?

De todas maneras, fue muy gracioso esto de la secta, porque nos dio la

medida de nuestros adversarios, que por otra parte, al intentar

satanizar nuestra actividad social, publicando en sus periódicos, y poniendo

en consideración de los señores de la ley (poder judicial) nuestras

ideas, no hicieron más que propagandizarlas, cosa que nosotros no podríamos

haber hecho, ya que carecíamos de recursos. Así es que los amigos se

multiplicaron y se expandieron por todo el país, tomando forma de

distintas organizaciones, pero con un mismo espíritu. Les agradecemos

profundamente la gran ayuda prestada, y les deseamos "buena vida".

Todo lo demás es historia conocida, mis amigos y compañeros bolivianos

están construyendo un nuevo contrato social y yo puedo ver en ese

pueblo un "Nuevo Amanecer".

R.: ¿Cómo ves la política latinoamericana hoy?

R.D.P.: Yo creo que hay una política mundial sometida a los vaivenes

economicistas, y a los intereses de las trasnacionales; también creo que

los gobiernos no gobiernan, gobiernan las corporaciones, o mejor dicho,

los grupos del poder real, que están ocultos detrás de toda la

maquinaria, detrás de todo el armatoste están los que gobiernan, los

presidentes son títeres del poder real oculto.

De todas maneras, hay en América una corriente emancipadora que trata

de desterrar el poder colonial, que está cobrando fuerza, desde un

espíritu de rechazo a los planes de saqueo de América. Esto obedece

claramente, por supuesto, a la toma de conciencia de los pueblos, también

responde a la necesidad directa de preservar los recursos estratégicos, que

es la única garantía de supervivencia a futuro.

La necesidad se impone en las nuevas políticas, es aún lento el viraje,

ya que los antiguos vicios que dejó el coloniaje siguen vigentes en

los sectores conservadores, donde el poder económico trasunta en poder

político y, ciertamente el resultado es una democracia formal, maniatada

por convenios leoninos que habilitan el saqueo de los recursos

estratégicos y expulsan al marginamiento a vastos sectores sociales.

Por su parte, las oposiciones no dejan de tener los mismos rasgos,

aunque algunos luzcan un maquillaje reformista, con una ingeniería verbal

que pretende instalar ficciones en la realidad. Cuando se habla de

“escenario político”, “actores políticos”, en realidad, se habla de

actuaciones teatrales en la política, se habla de la ficción que se instala en

el accionar político, como estrategia para reinstalar las políticas

zigzagueantes que convierten a estas democracias en sospechosas. La

democracia está sospechada porque se construye sobre la base de ficciones y

realidades perversas, la izquierda ecuménica aun está enfrascada en

rescatar los fragmentos de lo que alguna vez fue un buen intento, hoy se

ve a sí misma en retirada, pero sigue luchando desde la retaguardia,

con discursos épicos moralizantes cargados de barroquismo político,

siempre con la mirada crítica, pero a la vez desconcertada frente a una

realidad que parece haberla desestimado como opción.

Se hace evidente también, el surgimiento de sectores progresistas, de

los cuales hablaba al principio, un fenómeno social que nace de los

movimientos sociales, por fuera de lo formalmente establecido en las

ortodoxias de la izquierda tradicional, en todo el planeta, inclusive en

Estados Unidos y Europa surgen movimientos como los antiglobalización,

ecológicos, etc., que van poniendo freno a la voracidad economicista y

devela al neo-liberalismo, como la última encarnación del capitalismo

vacío de contenido, pero de formas muy sensuales para los cipayos

vernáculos acostumbrados a sucumbir ante los coqueteos y los cantos de sirenas

de los imperios.

Paralelamente, el sistema recurre a un sistema de respuestas ya

conocido, recurre al ataque violento, aniquila poblaciones enteras, construye

campos de exterminio, campos de concentración y tortura, instala bases

militares, recurre al amedrentamiento, al terrorismo, y trata de dar

golpes de mano, planean transformaciones y recogen ruinas.

Este proceso de retroceso engendra varios monstruos conocidos, el

resurgimiento neo-nazi, la resurrección del fascismo, el paramilitarismo

creciente, todo adornado con nuevos eufemismos para las viejas formas,

como los hoy llamados “neocons”, además, las nuevas formas de alienación

a través de las drogas, etc., etc., etc., al parecer, la

homogeneización de la locura convalida las atrocidades y van por más.

Solo resta mantenerse despiertos frente a esta pesadilla y caminar

hacia un “Nuevo Amanecer”.

R.: ¿Cuál es el panorama en Paraguay?

R.D.P.: El Paraguay es un pequeño país mediterráneo, un país isla, una

isla de corsarios, aquí vive el pirata mala pata, una cultura bastante

homogénea, u homogeneizada por 35 años de dictadura, un partido casi

único, un feudo paternalista con características abandónicas.

Históricamente, aquí se le ha dado valor a la cultura de la ignorancia,

revalorizando la funcionalidad al partido gobernante, que con un

discurso populista y un accionar prebendario, ha envilecido a la base

social; hoy por hoy, hasta el último eslabón institucional padece la

enfermedad que produce el virus de la corrupción.

Dentro de este panorama, ya no se elige ni siquiera al menos peor de

los males, la herencia dogmática del partidismo, engendrada por el

dictador, sigue vivo y chorrea pus en todo el cuerpo social, no existe

sofisticación para el engaño (no hace falta), la impunidad garantizada por el

Estado, hace posible las convivencias sórdidas, en un marco de

perversión permanente.

Dentro de este juego de perversión, Paraguay expulsa a sus habitantes y

los exporta como mano de obra esclava, a países de la periferia o

Europa. Paraguay es uno de los proveedores que alimenta el neo-esclavismo

en el mundo.

Pero el partido gobernante no está solo, tiene a su co-equiper, que

convalida sus políticas desde la connivencia en el poder, el Partido

Liberal es la oposición que da justificación y legitima esta democracia

formal.

Sin embargo, hace algún tiempo, se viene escuchando algunas voces

apenas audibles, dentro de la inmovilidad producida por las repetidas

frustraciones sociales, y otra vez se repite el esquema, pequeños movimientos

nacidos fuera de juego de la incipiente izquierda (que en muchos

aspectos también es funcional al sistema), empiezan a articularse y a ganar

en inteligencia social y en estructuración de un nuevo tipo de

movimiento, donde escapar a las palabrerías redundantes y la metodología

catequizadora de las izquierdas y sus ortodoxias anacrónicas, que siguen

practicando un conjunto de rituales para exorcizar al capitalismo, (para

esto han canonizado a varios personajes de la épica izquierdosa). Es

interesante ver cómo estos movimientos embrionarios han sustituido los

duelos verbales por el diálogo y las utopías por el pragmatismo que

construye proyectos viendo la totalidad y su inmensa complejidad.

El Paraguay se tendrá que ir construyendo desde la transformación

cultural en la base social, y desde un progresismo sin dogmas, que apunte a

la convergencia de las diversidades.

Creo firmemente, que Paraguay puede mostrar que debajo de la pobreza a

la que los lanzaron sus caudillos, existe una riqueza cultural

profundamente espiritual que se manifiesta en el mundo, por supuesto, aportaré

mi granito de luz para que veamos sin miedo al futuro, este “Nuevo

Amanecer”.

R.: El arte y la cultura, ¿cómo se expresan en esta realidad?

R.D.P.: Habría que separar lo que es producción artística, de lo que es

cultura en general. La Cultura es amplia y profunda y se expresa como

identidad de los pueblos, y el Arte es el emergente dinámico de esa

Cultura. La producción artística representa una parte de la cultura de

un pueblo, algo así como parte de un rompecabezas, un algo que forma

parte de un todo y que expresa esa parte.

Es inmensa la cultura del planeta, es un universo bello, inabarcable,

imagínense, la cultura inca, sumeria, sioux, guaraní, la cultura china,

tibetana, judía, islámica, cristiana, imagínese los miles de millones

de conocimientos, sabiduría, expresiones artísticas.

El ser humano, lo repito, es un milagro del universo, podemos ser

expresión del todo, de la nada, de lo limitado e infinito, la belleza y el

horror están en lucha en nosotros. Creo que la belleza y la evolución

ganarán la guerra, tengo fe en el ser humano, creo que su destino es la

luz, y creo que el arte es una mínima expresión de toda la belleza

humana.

La cultura es un gran tesoro en un baúl, donde fuimos guardando las más

bellas construcciones humanas. Y de ahí sacamos alguna joya que

transmuta en obra artística, en regalo que hacemos a nuestros hermanos

semejantes.

Podría hablar de la historia del arte de alguna cultura, pero eso está

en los manuales, en Internet, no importa tanto la descripción técnica o

histórica, importan los registros que transmiten una manifestación

artística, importa el sentimiento y la elevación que produce el hecho

artístico.

Sin dudas hay que buscar en las preguntas el origen de las respuestas,

la búsqueda incesante de articulaciones positivas, marcan la

orientación de un arte a favor de la vida y evolución de la vida, el arte no

detiene las guerras, no cura las heridas abiertas, pero puede ayudar a

cambiar la mirada sobre la vida y repensar la vida que merece ser vivida.

La cultura de cada pueblo provee la materia prima para la creación del

milagro artístico, sería importante que los niños, desde temprana edad,

pudieran tomar contacto con estos elementos y las herramientas de

producción artística. Sería importante, sentir que cada persona posee la

posibilidad explorar en este Arcón de valiosos tesoros, y tomar las

valiosas joyas, para convertirse en alquimista y así transmutarlos en

hechos y producción artística.

También en el arte y la cultura habrá un "Nuevo Amanecer".

*Reportaje:

Dany Singerman (Israel)

Stella Piazza (Italia)



Original: Roque de Pablo opina-entrevista