LETTER TO JUDGE GARZON FROM ZAPATISTA SUPPORTERS IN MADRID

LETTER TO JUDGE GARZON FROM ZAPATISTA SUPPORTERS IN MADRID

by AGUASCALIENTES MADRILEÑO Sunday, Feb. 02, 2003 at 12:32 AM

MADRID´S CIVIL SOCIETY REQUESTS JUDGE GARZON THAT HE HONOURS HIS PROPOSAL OF HAVING A DEBATE WITH SUBCOMMANDER MARCOS

aguascalientes@aguascalientesmadrid.org


Señor Juez:

Nos dirigimos a usted como sociedad civil que somos. No la sociedad civil, sino parte de ella, una pequeña y humilde parte compuesta por hombres y mujeres anónimas empeñadas en hacer del ejercicio de la ciudadanía y de la democracia realidad y bandera. Por eso y como eso le escribimos y esperamos su respuesta.

Madrid, 30 de enero de 2003.

Para: Señor Fernando Baltasar Garzón Real
Magistrado-juez del Juzgado central de Instrucción Nº5
Audiencia Nacional
C/ García Gutierrez, 1
28004 Madrid

De: Aguascalientes de Madrid

Señor Juez:

Nos dirigimos a usted como sociedad civil que somos. No la sociedad civil, sino parte de ella, una pequeña y humilde parte compuesta por hombres y mujeres anónimas empeñadas en hacer del ejercicio de la ciudadanía y de la democracia realidad y bandera. Por eso y como eso le escribimos y esperamos su respuesta.

El pasado mes de noviembre cientos de personas nacieron este Aguascalientes de Madrid que hoy le habla a través de esta carta en el intento de encontrar en usted un oído atento a lo que por abajo se pregunta y se nombra.

Nos podrá encontrar por todas partes y en ningún sitio, nombrados de mil formas y raramente escuchados, como votantes potenciales, dóciles consumidores, mano de obra (añada usted el adjetivo correspondiente que más le guste: barata, precarizada, desregularizada, flexibilizada), desempleados, estudiantes sin futuro, habitantes sin vivienda, audiencia televisiva al peso, mujeres maltratadas, inmigrantes sin papeles y así hasta completar el mapa complejo y difícil de nuestra realidad cotidiana.

Somos habitantes de ese Estado de derecho que usted dice defender sistemáticamente y que a nosotros y nosotras nos parece que es en realidad dos Estados de derecho: el que se mira y se impone por arriba y el que se mira y se vive por abajo.

Por abajo el Estado de derecho del que usted habla se mira y se vive junto a los miles de hombres y mujeres inmigrantes que viven sin derechos en el pánico permanente de ser detenidos y expulsados de nuestro país simplemente por rebelarse contra un destino injusto de hambre y miseria, por escapar buscando un mínimo de dignidad para poder vivir; con los hombres y mujeres que se dejan la vida (léalo usted literalmente) en el trabajo, por obra y gracia de una política laboral premeditada que produce directamente las condiciones necesarias para la desgracia; con los jóvenes atrapados y atrapadas en la incertidumbre y la inseguridad de empleos mal pagados que duran dos días, sin derechos laborales, sin capacidad real de elección ni de negociación; con los hombres y mujeres también que soportan las duras condiciones de vida en las cárceles de nuestro país (piense usted que hay alrededor de 50.000 personas privadas de libertad en prisiones masificadas, muchas de ellas enfermas y sometidas a un maltrato continuo). Con todos y todas ellas, entre otros y otras muchas, se mira y se vive el Estado de derecho por abajo.

El Estado de derecho que se mira y se impone por arriba, sin embargo, es algo diferente. En realidad, todo desde arriba se mira y se vive diferente, como ese ministro que hace unas semanas en un recorrido aéreo por Galicia sólo veía playas esplendorosas (mientras la sociedad civil luchaba valiente y decididamente contra la marea negra, la del Prestige y la de los políticos, que tiñe de desesperación y de tristeza las costas gallegas). Desde arriba, siempre lo hemos sabido, se ven y se miran distintas las cosas, se llega a percibir que en nuestro país se respeta escrupulosamente el Estado de derecho (el de arriba, añadiríamos nosotros y nosotras), incluso pese a la profesión que usted ejerce y que le mantiene cerca de cárceles y comisarías en las que frecuentemente se vulneran los derechos humanos más elementales (consulte los documentos de Amnistía Internacional sobre el tema, por mencionar una organización de prestigio internacional cuyos informes no suelen ser cuestionados por la gente decente).

Pero vayamos sin más dilación al motivo de nuestra misiva, que no es otro que recordarle que, en intercambio epistolar con el Subcomandante Insurgente Marcos, usted se dirigió a él en los siguientes términos: “De gachupín a gachupín (porque no dudo que usted tiene sangre gachupina en las venas) y con el mayor respeto y admiración hacia México, país entrañable al que tanto debemos los españoles incluidos los vascos, le reto cuando usted quiera y donde usted quiera, a que sin máscaras ni disfraces, cara a cara, podamos hablar del terrorismo, de rebeldía, de dignidad, de lucha, de insurgencia, de política, de justicia, de todos aquellos valores que sirven para construir un país y una democracia y defender los derechos de los que menos tienen”. Le citamos estas frases de su respuesta al Subcomandante Insurgente Marcos (publicada en el periódico mexicano El Universal el viernes 6 de diciembre de 2002) para recordarle que la idea del reto nació de usted, y que sólo después de que ese reto fuera directamente enunciado por usted fue recogido por el Subcomandante en sus cartas subsiguientes.

Imaginamos que ya habrá reservado un billete de avión a Lanzarote y unos días libres para el próximo mes de abril. Se lo decimos abiertamente y de corazón porque no podemos ni llegar a imaginar que un hombre de palabra como usted pueda volverse atrás en su propuesta y donde dijo digo, diga ahora diego o no diga nada, que viene a ser lo mismo.

Estamos convencidos y convencidas de que aceptará la propuesta de Marcos en respuesta a la invitación a debatir y conversar que usted realizó en su día. Esperamos que acepte también, como afirmó en su carta, los días y el lugar del debate, ya que usted fijó el contenido del encuentro. Pero le hacemos una advertencia para nosotros y nosotras muy importante: si usted no aceptara y faltara a su palabra, podría verse seriamente afectada nuestra ya de por sí maltrecha confianza ciudadana en el sistema democrático del que usted se erige continuamente en paladín y del que a través de los medios de comunicación se le señala permanentemente como uno de sus estandartes.

Dicho lo dicho, añadiremos algo más que nos parece igualmente importante: además de herir (quién sabe si de muerte) nuestra confianza en la democracia de nuestro país y en su palabra si se desdice del reto que formuló en carta a Marcos, créanos sí le decimos que en cierta medida nos parece que estaría usted faltando el respeto (al mismo tiempo que falta a su palabra) a los miles de hombres, mujeres, niños y niñas, ancianos y ancianas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Le diremos por qué tenemos esa impresión.

Su carta deja ver que para usted el Subcomandante Insurgente Marcos es un supuesto líder visionario y mesiánico al que “los pobres indios” del EZLN (en visión etnocéntrica y racista) siguen ciegamente. Suponemos que no ha leído usted bien a Joseph Conrad. El corazón de las tinieblas no se encuentra en una selva lejana. Debe usted alterar el orden de los factores y deshacerse de la desinformación que encierra su ecuación sobre el asunto. Es fácil, basta con pensarlo al revés: coloque usted delante a los indígenas zapatistas y detrás a Marcos, su portavoz, la herramienta que ellos y ellas han construido para darnos a conocer su palabra. De esta manera, entenderá usted que cuando habla Marcos, lo hace el portavoz del EZLN, es decir, que su palabra es expresión de la palabra que los hombres, mujeres, niños y niñas, ancianos y ancianas del EZLN han decidido comunicarnos.

Al respecto, no tiene usted más que leer los discursos pronunciados por siete comandantes y comandantas del EZLN en la ciudad de San Cristóbal de las Casas (Chiapas) el día 1 de enero de este año con ocasión del noveno aniversario del levantamiento zapatista para darse cuenta de lo que le decimos, pues así se afirma explícitamente en tales discursos. Por cierto que esos textos los tendrá usted que leer en la prensa mexicana, porque aunque en España “exista libertad, control de poder y Estado de Derecho”, como usted suele manifestar, lo que venimos viendo de forma regular y continuada es que ciertas voces no llegan a los medios, que se les priva del acceso a ellos y sólo se ofrecen representaciones falseadas de sus acciones, porque sobre su palabra y su pensamiento no suele haber referencias.

En este sentido, hemos de decirle que el bloqueo informativo a todo lo relacionado con la actual propuesta e iniciativa zapatista es tan férreo que nos recuerda a épocas anteriores de nuestra historia reciente. Le invitamos a que haga un seguimiento del tema en la prensa española, no le robará apenas tiempo de su apretada agenda porque casi no hay referencias a una propuesta seria y creativa de ayuda para destrabar un conflicto enquistado y que no va a tener final si se sigue el camino de la sangre, la persecución y las acusaciones mutuas. De las poquitas referencias que va a encontrar, fíjese en cuántas se molestan en dar la palabra directamente a la iniciativa zapatista y cuántas son opiniones de intelectuales empingorotados que le añaden otro cojín a su de por sí cómoda poltrona antes que molestarse en tratar de abrir un nuevo camino neuronal (que no neurótico) en su cerebro.

Créanos que, si opera la transformación que le indicamos de la ecuación con la que usted se mueve, no le costará demasiado entender que quizá cuando falta a su palabra ante el portavoz del EZLN está engañando al mismo tiempo a los miles de indígenas que lo conforman y le dan vida. Es importante que tenga en cuenta esta apreciación que humildemente le hacemos llegar. No obstante, vaya por delante que a nosotros y nosotras (y a nuestra confianza en la justicia y en las instituciones) no nos cabe la menor duda de que un símbolo de nuestro sistema democrático tan importante como usted no nos fallará y, mucho menos, faltará a su palabra.

Hemos leído con interés algunas de sus apariciones en prensa de las últimas semanas. A través de ellas hemos sabido de sus durísimas críticas al gobierno español y de su oposición tajante a la guerra, a la que llega a tildar de “guerra contra la humanidad”. Igualmente hemos conocido su lectura de los sucesos del 11 de septiembre de 2001 y su sentida inquietud porque aquellos trágicos acontecimientos están siendo explotados “para instaurar un sistema de falsa seguridad en detrimento de la libertad y las garantías”.

Sinceramente le manifestamos nuestra total coincidencia con sus acertadas apreciaciones y su valiente posicionamiento contra la guerra en estos difíciles momentos.

Sin embargo, cuando aterrizamos su lúcido análisis en la realidad del Estado español y en el conflicto que se vive en relación al País Vasco, nos parece encontrarle instalado en el centro de la misma peligrosa y preocupante tendencia que achaca usted al gobierno de nuestro país (literalmente usted dice “tendencia al reino de la seguridad a secas, sin término para la libertad o las garantías”).

Como se nos señala reiteradamente desde los medios de comunicación quizá sea probable que, como cualquier ciudadano o ciudadana de este país, nosotros y nosotras también podamos ser víctimas en potencia de las acciones terroristas de ETA. Es posible que seamos víctimas potenciales igual que usted, pero seguramente lo seamos de diferente manera.

La deriva demencial y el recurso al asesinato que ETA esgrime altaneramente pueden convertirnos en víctimas potenciales de sus acciones cuando realizan algún atentado en las calles de nuestra ciudad, pero lo que sufrimos directamente de un modo cotidiano es el uso sistemático que de ETA hace el poder (el Estado de derecho que se impone y se vive por arriba) para criminalizar en no pocas ocasiones a muchos de los movimientos sociales de nuestro país, para imponer medidas jurídicas y políticas de corte represivo, para recortar las libertades, para producir el deterioro generalizado de la democracia que vivimos en nuestros días e impedir que se hable abierta y democráticamente, entre otras cosas, de la situación del País Vasco desde todos los puntos de vista posibles.

En este contexto, percibimos que ETA es nuestro 11 de septiembre desde hace ya muchos años, el elemento que en manos del poder legitima un consenso intocable en torno a la supuesta necesidad, entre otras cosas, de entender un conflicto eminentemente político únicamente en términos policiales y militares. Juzgue usted mismo cuál es el papel que usted está desempeñando en el marco de este escenario y si encajan o no en esta lógica sus actuaciones judiciales.

Señor Garzón, en estos días se ha celebrado el Foro Social Mundial en la ciudad brasileña de Porto Alegre. Hace justo un año compartimos con usted ese mismo espacio de debate y discusión política en torno a la necesidad de globalizar las resistencias al neoliberalismo en todo el planeta. Créanos que por más que entonces se nos hizo extraño verle allí (porque creemos sinceramente que la lucha por la humanidad y contra el neoliberalismo se está haciendo por abajo y no se hace por arriba), hoy apelamos a ese momento puntual de encuentro con usted para invitarle a conversar y discutir en los próximos días la propuesta del EZLN de darle una oportunidad a la palabra.

Desde nuestro humilde punto de vista, puede resultarle de interés conocer por qué este pequeño puente entre ciudadanos y ciudadanas que es el Aguascalientes de Madrid considera importantísimo el posible encuentro de la sociedad civil europea con el EZLN en nuestro continente, así como la celebración del debate al que usted mismo retó a Marcos. Por eso le invitamos a discutir y conversar públicamente con nosotros y nosotras, convencidos y convencidas de que a un hombre tan preocupado por la libertad como usted le resultará sumamente interesante conocer y encontrarse con personas que se empeñan en luchar por la democracia y la justicia, en intentar ser rebeldes e insumisas con dignidad, o lo que es lo mismo, zapatistas.

Nos permitimos acabar esta carta usando textualmente palabras suyas (aparecidas en el diario El País el pasado día 27 de enero) para referirnos a la guerra que impone y desata el gobierno mexicano en Chiapas, así como a la lucha justa de los pueblos indigenas mexicanos por su pleno y real reconocimiento jurídico y político: “No puede haber paz sin justicia. (…) Frente a una catástrofe de efectos imprevisibles, el silencio no es una opción”.


Sin más, quedamos a la espera de su respuesta.


Aguascalientes de Madrid.
Madrid, Europa, Planeta Tierra.
30 de enero de 2003.



PD: No vaya a pensar que le estamos retando, solamente le invitamos a conversar con el Aguascalientes de Madrid. Aquí el único que ha retado a alguien a debatir es usted: al Subcomandante Insurgente Marcos en carta publicada en el diario mexicano El Universal.

Otra PD: Para concretar la fecha y el lugar de la conversación pública que le proponemos, bastará con que usted se ponga en contacto con nosotros y nosotras escribiéndonos a nuestra dirección de correo electrónico: aguascalientes@aguascalientesmadrid.org

Y otra PD más: Ante la dilación que está tomando su respuesta a Marcos y la posibilidad de que tampoco conteste al Aguascalientes de Madrid (cosa que no podemos ni llegar a imaginar) nos atrevemos a sugerirle que no olvide una joya del refranero popular castellano: el que calla, otorga

P.S: CAN SOMEBODY TRANSLATE OR SUMMARIZE THIS TEXT AND UPLOAD IT AGAIN SO EVERYONE CAN READ? CHEERS....