Venezuela: ¿Vía constitucional al socialismo?

by PCInt. Monday, Mar. 31, 2008 at 9:32 AM

En medio del frenesí de la victoria electoral presidencial, en diciembre de 2006, el gobierno venezolano había decidido reformar la Constitución. Según el mismo Chávez, esta reforma tenía por objeto «profundizar la revolución bolivariana». Para Chávez es indispensable deshacer los nudos que «nos impiden superar los obstáculos que tiene esta Constitución» - ¡la misma que él hizo adoptar en 1999! - «y en los hechos, para dotarnos de una nueva herramienta que permita adelantar y profundizar los cambios» (1).

Venezuela: ¿Vía co...
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Venezuela:

Crónica de una burguesísima “revolución bolivariana” (III)


¿Vía constitucional al socialismo?


La derecha venezolana se movilizó contra esta modificación de la Constitución y, contando con el apoyo internacional de los medios imperialistas pro-americanos, la denunció como una suerte de «golpe de Estado». Por ejemplo la hoja pro-imperialista «LatinReporters», escribía: «Inexistente en la Carta suprema actual, en la actual reforma de la Constitución que el presidente Chávez somete a referéndum el 2 de Diciembre, se hace referencia a las palabras ‘socialista’ o ‘socialismo’ en 16 oportunidades. Estas se aplican al Estado, a su sistema político, social, económico y territorial.
También aparece un poder popular que no nace ni del sufragio ni de alguna elección. Chávez lo considera como ‘núcleo fundamental’ de su socialismo del Siglo XXI. Con un sí referendario, el chavismo se habría autorizado a modificar 69 de 350 artículos de la Constitución (2).

Por su lado, las corrientes de extrema-izquierda salieron raudas a saludar la marcha hacia el socialismo que representaría esta reforma constitucional. Orlando Chirino, dirigente de la principal corriente sindical de izquierda en Venezuela, la C-CURA, con pretensión «clasista», haciendo vida dentro del sindicato UNT, declaraba: «La reforma que el presidente propone muestra que estamos en un proceso de cambios, una situación revolucionaria cada vez más profunda, en la cual Chávez retoma a su manera lo que el pueblo y los trabajadores desarrollan a través de luchas y movilizaciones para acabar con la explotación y el imperialismo» (3).

Los trotskistas de la Corriente Marxista Revolucionaria eran todavía más entusiastas afirmando que:

«El 2 de diciembre los venezolanos tenemos de nuevo otra cita con las urnas para decidir democráticamente un nuevo salto adelante en la Revolución (...). Contra esta reforma está el imperialismo internacional, la burguesía criolla, y la Iglesia Católica, es decir, todas las fuerzas que se han opuesto al avance de nuestro país y que se han beneficiado durante décadas del sacrificio, la miseria de los trabajadores, los campesinos y los pobres, es decir de la inmensa mayoría de los venezolanos. Del lado del Sí, está el presidente Chávez y la gran mayoría de los trabajadores, comunidades, campesinos y jóvenes venezolanos que desde hace décadas, pero muy especialmente desde la llegada al poder del Presidente, venimos dando una batalla por tumbar el capitalismo, desterrar de la patria de Bolívar al imperialismo y crear una nueva sociedad socialista en Venezuela, cómo primer paso para la revolución socialista en toda América Latina.
(...) La victoria del 2 de diciembre marcará un nuevo salto adelante de la revolución. La etapa definitiva, en la medida en que significará un cambio en las relaciones de producción del aparato de Estado burgués. (...)
La lucha del pueblo venezolano es el faro que guía a todos los oprimidos del mundo; razón del odio en el corazón de los opresores, esclavistas e imperialistas de todos los países, desde G.W. Bush hasta el Rey de España. De nuestro lado, contamos con el amor y la solidaridad de millones de trabajadores y pobres del mundo entero. Con ellos construiremos en Venezuela y por todo el planeta una sociedad socialista, libre de toda opresión y miseria. (...).
Patria, socialismo o muerte! Venceremos!» (4)

Para sostener las afirmaciones sobre el carácter revolucionario de estas reformas, sus partidarios destacan las promesas sociales que la misma contiene: semana de 36 horas, extensión del derecho al voto a partir de 16 años, extensión de la seguridad social a los trabajadores independientes (comerciantes, artesanos, etc.), así como la creación de nuevas formas de propiedad (al lado de la propiedad privada que queda intacta) y la instauración de un «poder popular» mal definido a nivel local.
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¿Es que la adopción de estas medidas habría significado un cambio del modo de producción - el fin del capitalismo - o el fin del aparato de Estado burgués en Venezuela? ¿Se puede salir del capitalismo mediante la simple votación de una reforma constitucional?

Para clarificar las ideas, primero hay que poner las cosas en la perspectiva correspondiente; tomemos el ejemplo del proyecto presentado por los bolcheviques a la Asamblea Constituyente que se abría en Rusia en enero de 1918; la misma fue presentada en su época como la «Declaración de los derechos del pueblo trabajador y explotado», que luego se convertirá en la primera parte de la constitución soviética:
«La Asamblea Constituyente decreta:
I. 1. Rusia se proclama República de los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos. Todo el poder en el centro y en las provincias pertenecen a estos soviets.
. 2. La República soviética de Rusia está fundada en la libre unión de naciones libres, en tanto que Federación de Repúblicas soviéticas nacionales. II. Al asignarse por tarea esencial la abolición de toda explotación del hombre por el hombre, la eliminación total de la división de la sociedad en clases, el aplastamiento sin piedad de toda resistencia por parte de los explotadores, la organización socialista de la sociedad y la victoria del socialismo en todos los países, la Asamblea Constituyente decreta, además:
1. La propiedad privada de la tierra es abolida. Toda la tierra, junto a los edificios, los aperos de labranza y otros materiales que sirvan a la explotación agrícola, son declarados patrimonio del pueblo trabajador.
2. Se aprueba la ley soviética que establece el control obrero y el Consejo superior de la economía nacional. Y, con vistas a asegurar el poder al pueblo trabajador sobre sus antiguos explotadores, y en tanto que primera medida que preparará la puesta en marcha de fábricas, minas, ferrocarriles y otros medios de producción y de transporte, son dados en propiedad al Estado obrero y campesino.
3. Como una de las condiciones para la emancipación de las masas trabajadoras del yugo del capital, se aprueba la entrega en propiedad al Estado obrero y campesino de todos los bancos.
4. A fin de suprimir las capas parasitarias de la sociedad, se instaura el servicio de trabajo obligatorio.
5. Para asegurar la plenitud del poder de las masas trabajadoras y eliminar toda posibilidad de restauración del poder de los explotadores, se decreta el armamento total de los trabajadores, la formación de un Ejército Rojo socialista de obreros y campesinos y el total desarme de las clases poseedoras».
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La tercera y cuarta declaración son consagradas a la política exterior, definiendo que el poder de los Soviets debe seguir luchando contra el capital bancario y financiero internacional «hasta la victoria completa de la insurrección obrera internacional contra el yugo del capital»; y a no olvidar la primacía del poder de los Soviets, mientras que la Asamblea debe abocarse a «establecer las bases fundamentales para la transformación socialista de la sociedad» (5).
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En efecto, el socialismo no puede instaurarse por decreto ni tampoco puede realizarse en el cuadro de un solo país, con mucha más razón si se trata de un país social y económicamente atrasado, como Rusia. La revolución rusa era híbrida, «doble», en la medida en que esta era el resultado de la lucha revolucionaria del campesinado - que representaba la gran mayoría de la población rusa - contra los vestigios del feudalismo y contra las opresiones nacionales sumada a la lucha que la clase obrera libra contra el capitalismo.
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Es esta la razón por la cual la declaración de los bolcheviques habla de «pueblo trabajador», de Estado obrero y campesino», etc. Era el hecho de que la clase obrera fuera el elemento dirigente de la revolución (sin esta dirección proletaria encarnada por el partido bolchevique, la revolución estaba destinada al fracaso) lo que permitía fijar el objetivo de ir hacia el socialismo, en el cuadro de la lucha proletaria revolucionaria internacional: ¡ningún vestigio de nota patriótica en esta declaración profundamente marcada por su internacionalismo!.
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Los diferentes puntos de esta declaración definen las condiciones de la victoria en una situación revolucionaria real: armamento de los trabajadores y desarme de los burgueses, supresión de la propiedad privada de la tierra, control obrero sobre toda la producción (antes de reunir la fuerza necesaria para expropiar a todos los capitalistas y reorganizar la economía de arriba abajo),expropiación de los bancos, servicio del trabajo obligatorio,entrega de todo el poder a los Soviets.

Los bolcheviques no eran ningunos demócratas respetuosos de las formas constitucionales del sufragio universal; eran revolucionarios marxistas. Sabían que la revolución era una lucha encarnizada entre clases sociales, y lo demostraron al adueñarse del poder.
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«En el cuadro de la democracia burguesa habitual, toda tentativa, directa o indirecta, de considerar la Asamblea Constituyente desde un punto de vista jurídico, puramente formal, sin tomar en cuenta la lucha de clase y la guerra civil, equivale a traicionar la causa del proletariado y a adoptar el punto de vista burgués» escribía Lenin (6).
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Cuando la Asamblea Constituyente, la que fue elegida antes de la revolución, se negó a reconocer el poder de los Soviets (y quiso discutir la declaración de los bolcheviques), fue dispersada sin miramientos por parte de los marinos revolucionarios. Cuatro días después se abría el III° Congreso panruso de los Soviets, y su primer acto fue el de aprobar la disolución de la Constituyente, su segundo fue el de aprobar la declaración que citamos más arriba.

La adopción de una nueva constitución revolucionaria no fue posible más que por la victoria de la revolución que atomizaba a su paso a la fuerza de la burguesía y la de todos sus aliados - en efecto, la nueva constitución no fue completamente redactada y adoptada sino varios meses más tarde; ¡lo más urgente era ganar esta constitución en la guerra civil!

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El proyecto chavista de reformas emplea 16 veces la palabra socialismo, pero ni una sola vez hace la menor alusión a los puntos que venimos de ver, que son los que definen las condiciones indispensables para saber si se está o no frente a una revolución social. En ninguna parte del proyecto de reforma chavista se habla de atacar a la propiedad privada, expropiar a los bancos, de ejercer el poder de los trabajadores sobre los explotadores, de poner en manos del proletariado todo el poder y todas las armas, sin condición ni discusión.

¡Al contrario! En julio de 2007, Chávez sostenía querer mantener para siempre la propiedad privada: «No se trata de estatizar toda la economía (...). No, nuestro socialismo acepta la propiedad privada. Pero esta propiedad privada debe inscribirse en el cuadro de una constitución, enmarcada en las leyes y el interés social», afirmación que le valió las felicitaciones del presidente de la organización patronal Fedecámaras (7).

En lugar de debilitar la potencia del Estado burgués, este proyecto reforzaría los poderes del Ejecutivo, la Presidencia en primer lugar; y ni hablar de que en ese proyecto se plantee la cuestión del armamento de los trabajadores. ¡Mientras tanto se cuentan por decenas los militantes, los sindicalistas, los campesinos que han caído víctimas de las bandas patronales que operan impunemente!.

Esta reforma constitucional no iba más allá de pasarle un brochazo con pintura roja a la fachada de la constitución burguesa de un Estado burgués. Políticamente su finalidad inmediata era reforzar el gobierno frente a la oposición interna de derecha y frente al imperialismo exterior, pero en el fondo no se trataba sino de utilizar esta hemorragia de demagogia reformista para mantener el control sobre las masas proletarias y pequeño-burguesas, demagogia que en ningún momento se opondrá o atemorizará a la burguesía. Un antiguo jefe del Estado Mayor de Chávez, el general Alberto Muller Rojas, explicaba este verano [2007] a un órgano de las finanzas londinenses que «Ciertos discursos de Chávez son para la galería. Y voy a darle un ejemplo: los ataques contra la burguesía» El general Muller no se tarda en acusar a los bancos como «la expresión más extrema de la burguesía (...) pero el sector más favorecido» desde que el señor Chávez llegó al poder en 1999 (8).

No se puede uno equivocar: como siempre, en todas partes el reformismo sólo sirve a la burguesía; y no se le pueden hacer trampas al capitalismo, un modo de producción que ha modelado a toda la sociedad y a sus instituciones para que le sirvan exclusivamente: a este sistema o bien se le combate - a él y a sus organizaciones estatales, económicas y políticas -, oponiendo a su fuerza la fuerza del proletariado, o bien sucumbimos a su atracción. Los proletarios de vanguardia no deben de ninguna manera sentir confianza en la demagogia del reformismo, inevitablemente antiproletario y procapitalista, a pesar de sus discursos; por el contrario, deben combatirlo de la forma más neta posible, desenmascararlos a los ojos de sus hermanos de clase y proclamar contra él la necesidad de la organización y la independencia de clase.

Pese a una situación de creciente amenaza fascista, en 1922, el Partido Comunista de Italia señalaba la necesidad de «criticar sin piedad el programa de la izquierda burguesa y de todo programa que quiera extraer la solución de los problemas sociales del marco de las instituciones burguesas democráticas y parlamentarias. (...) El fin de la Izquierda no es de dar un paso adelante para alcanzar un supuesto escalón intermediario entre el sistema económico y político capitalista y el sistema proletario. En general, sus reivindicaciones políticas no tienden sino a crear mejores condiciones al capitalismo moderno, tanto por su propio contenido como por la ilusión que ellas dan a las masas de poder servirse de las instituciones presentes para su emancipación de clase. Esto concierne tanto las reivindicaciones de extensión del derecho de voto y de otras garantías y perfeccionamientos del liberalismo como la lucha anticlerical (...) Las reformas legislativas de carácter económico o social no tienen otro valor: o bien ellas no serán realizadas, o bien no lo serán sino a condición de convertirse en un obstáculo al empuje revolucionario de las masas. (...)
El Partido Comunista sabe y tiene el deber de proclamar, en virtud de razones críticas y de una sangrienta experiencia, que estos gobiernos solo respetarían la libertad de movimiento del proletariado hasta tanto éste los reconociese y los defendiese como sus propios representantes, mientras que responderán con la más feroz reacción a un asalto de las masas contra la máquina del Estado democrático» (9).

La extrema-izquierda autoproclamada «revolucionaria» afirma que el apoyo al chavismo es necesario a fin de crear una correlación de fuerzas favorable a la clase obrera, negarse a apoyarlos sería hacerle el juego a la derecha burguesa, que es el «peor enemigo» de los trabajadores. ¡Viejo estribillo que bajo todos los cielos ha servido para camuflar y justificar el rechazo a tomar posiciones independientes de clase! El proletariado no tiene por qué escoger entre dos alternativas burguesas similares, ni por qué escoger entre sus enemigos y sus falsos amigos:

Para ser capaces de resistir victoriosamente al capitalismo, hay que romper con estas dos alternativas y retomar el camino de la lucha de clase:
¡No se trata de luchar o votar por una reforma constitucional del Estado burgués, sino de luchar abiertamente para derrocarlo! ¡No es el pedazo de cartón de la tarjeta de voto lo que permitirá obtener mejoras permanentes de sus condiciones de vida y de trabajo, sino emprendiendo la lucha proletaria! ¡Confianza no en salvadores supremos, sino en la organización de clase, en el verdadero Partido comunista reconstituido, internacionalista e internacional! ¡Es imposible ir hacia el socialismo pacífica, constitucional y legalmente, sino por medio de la insurrección, la toma violenta del poder y la instauración de la dictadura internacional del proletariado, para poder expropiar a los explotadores y extirpar el capitalismo!

Significación de la derrota del chavismo en el referéndum constitucional


La campaña refrendaría había movilizado en pleno a toda la oposición, de pronto reforzada por la salida de las filas del chavismo del partido Podemos y del general Baduel, pero sobre todo contando con la agitación del movimiento estudiantil. Sin embargo, los dirigentes chavistas temían ante todo a la abstención, e hicieron todo lo posible por movilizar a sus electores, dramatizando la importancia y jugando a la vieja carta de la amenaza de Washington, apoyados en esto por la mayoría de las corrientes de extrema-izquierda.

Rara excepción fue la del grupo trotskista Juventud de Izquierda Revolucionaria (JIR), quien llama a la independencia de clase frente al chavismo. La JIR define el régimen actual como un «régimen bonapartista que busca un apoyo en el movimiento de masas para negociar mejores condiciones con el imperialismo y el gran patronato local, recurriendo constantemente a elecciones plebiscitarias para legitimar su política (...). El proyecto de la reforma constitucional busca reforzar estas formas políticas de gobierno y de régimen hacia una bonapartización más acentuada» (10). La fórmula nebulosa y clásicamente trotskista de «bonapartismo» es utilizada para evitar decir que estamos en presencia de un gobierno reformista burgués. Y si la JIR no tiene la valentía política de decir las cosas claramente, mucho menos aún tendrá la fuerza de romper con el terreno minado de la lucha electoral; ¡ella no llamó a los proletarios a desertar las urnas, sino a ir a votar nulo! Miseria del cretinismo democrático...

Los proletarios venezolanos han dado una buena lección a todas estas pseudo-vanguardias revolucionarias. El referéndum fracasó (50,7 % contra 49,29%), no porque la derecha habría recogido más votos (en realidad su score permaneció igual: 4.500.000 contra 4.300.000 en las presidenciales, el colmo de la ironía es que ¡la diferencia representa casi la misma cifra de votos nulos...!), sino en razón del elevado número de abstenciones: 44;39% de abstenciones (contra 24% en las presidenciales). Con respecto a las elecciones presidenciales, el chavismo perdió más de 40% de sus sufragios, es decir, 3 millones de electores. Y estos desilusionados del chavismo se concentran esencialmente en las zonas más proletarias (en algunos de estos barrios la abstención rondaba el 80%), mientras que los distritos de población pequeño-burguesa expresaron su apoyo a la proposición gubernamental.

Esta progresión masiva y vertical de la abstención en los medios proletarios no fue causada, como dicen los chavistas, por una falta de información o de comprensión de la reforma: “el contenido [de la reforma] no ha sido asimilado, no supimos vender (¡!) el modelo socialista, escribía un periodista chavista. La gente no vio en la proposición sino lo negativo. Lo que demuestra que esta sociedad no está madura para el socialismo” (11).

En realidad los millones de proletarios comprendieron perfectamente que dicha reforma en nada les concernía, que la misma no podía servir en absoluto a sus intereses - iba más a servir los intereses de la «Boligarquía», comenzando por el magnate Cisneros y los banqueros, esta «burguesía nacional» la cual Chávez elogia tanto sus méritos. Estos burgueses han constatado, como ya lo hemos señalado en otros artículos consagrados a Venezuela, que la revolución bolivariana no cambiaba en nada su condición de explotadores, lo que sí se ha visto es un rápido enriquecimiento de todos los que han podido aprovecharse del mana petrolero.

Esta hundimiento electoral del chavismo no es otra cosa que el reflejo deformado de la agudización de las tensiones sociales, de la profundización de un abismo entre las clases que no puede ser colmado por ninguna retórica «socializante». Signo de que el tiempo de los enfrentamientos se aproxima, como ya es el caso.


PSUV: PARTIDO BURGUÉS



Los dirigentes chavistas están claramente conscientes de la necesidad de consolidar políticamente su influencia sobre las amplias masas, cosa que no se puede garantizar únicamente con los discursos del mandatario. La existencia de un potente partido político capaz de sostener y servir de vínculo a la acción gubernamental es, pues, una necesidad que se torna urgente ya que refleja la debilidad persistente y la división de los partidos prochavistas (12). Este partido se llama PSUV: Partido Socialista Unificado de Venezuela y tuvo su Congreso fundacional a comienzos de marzo de 2008. En su «Declaración de principios», el PSUV reconoce haber sido «concebido por el gobierno» y actuar como «correa de transmisión». Esto explica una particularidad curiosa: su ausencia de programa. Un partido político digno de ese nombre se define por su programa; mientras que el PSUV se define por su apoyo al gobierno. Podemos leer así en el anteproyecto de programa, en el punto II:
«Tomando como punto de partida la reivindicación y la defensa incondicional del gobierno de la Revolución bolivariana dirigida por Hugo Chávez y la voluntad del pueblo venezolano de construir el socialismo del Siglo XXI, etc.». En cuanto a la Declaración de principios, ella desarrolla como punto central la defensa de la «soberanía» de Venezuela con respecto a Estados Unidos.

Se nos dirá que los textos del PSUV no cesan de hablar de revolución y de «socialismo». Sin duda alguna, pero ese socialismo no se encuentra definido en ninguna parte. Cuando la Declaración de principios cita un pasaje de Marx sobre las desgracias de la condición obrera, no lo hace sino después de haber declarado identificarse con las enseñanzas de Cristo sobre la justicia, la igualdad y la fraternidad entre los hombres. Y esta Declaración tiene mucho cuidado cuando dice que su socialismo será «original» y «creativo». Dicha declaración cita, como elementos de los cuales el PSUV deberá inspirarse, a la «visión cósmica indoamericana», al «cristianismo primitivo», a las tentativas que dieron nacimiento a la Unión soviética, a Europa del Esta, la China, Corea del Norte, Vietnam y Cuba», al pensamiento y la acción de Bolívar, etc., sin dejar de recalcar que el socialismo del siglo veintiuno responderá en la praxis creadora, al libre ejercicio de la voluntad y las aspiraciones del pueblo venezolano», etc. ¡En vano buscar la menor alusión al marxismo, es decir al programa histórico, preciso, sin equívocos e imperativo, de la lucha por la emancipación internacional del proletariado! Igualmente es pura vanidad querer encontrar una sola referencia a la lucha de clases tanto en los textos del PSUV como en los inflamados discursos de Chávez sobre el socialismo y la revolución bolivariana: todo se circunscribe a «pueblo», «unidad social y política de las grandes mayorías», de «unión del pueblo y Fuerzas Armadas», en pocas palabras, de interclasismo.


CHÁVEZ EN LA JAULA DEL CANGURO



En 1913, en un artículo acerca de «Los destinos históricos de la doctrina de Carlos Marx», luego de haber recalcado que las revoluciones de Asia mostraron «la misma delimitación precisa entre proletariado y burguesía» que en Europa, Lenin escribía: «aquel que, luego de la experiencia en Europa y Asia, hable de una política no clasista y de un socialismo no clasista, merece simplemente ser puesto en una jaula al lado de un canguro australiano» (13). ¡El socialismo chavista ultramoderno era ya una majadería reaccionaria desmentida por la historia de hace un siglo!
¡En absoluto!, nos responderán tal vez indignados los partidarios de la revolución bolivariana. Y argumentarán: ¿Es que Chávez no declaraba a comienzos de este año que había que impedir la infiltración de la burguesía en el PSUV (14)?

Claro está que el mismo Chávez hace poco afirmaba que en Venezuela existía, al lado de una burguesía antinacional, un grupo de empresarios nacionalistas, interesados en invertir trabajo y capital en el país, cuyos esfuerzos él felicitaba (15). Sin embargo, la demostración de la verdadera significación de tal declaración fue dada el 27 de febrero: un diputado chavista que se había atrevido a pedir la apertura de una averiguación sobre la corrupción de un alto responsable del gobierno fue expulsado del PSUV, esto bajo demanda expresa de Chávez. El Comandante condenaba igualmente la breve ocupación por parte de algunos de sus partidarios de las instalaciones de la reaccionaria Conferencia Episcopal, además de condenar las manifestaciones delante de la planta de televisión Globovisión, acusándolos de infiltrados en el PSUV; agregando que «sería bueno hacer una investigación sobre las dificultades causadas a Salvador Allende por la ultraizquierda, de cómo una ultraizquierda infiltrada por la CIA, sin darse cuenta, provocó los acontecimientos que darán a la derecha la justificación de actuar como lo hizo» (16)

Aquí hay que aclarar que no fue la actitud de la extrema-izquierda, completamente seguidista con respecto a la política de Allende y los partidos reformistas chilenos, sino el aumento creciente de las luchas proletarias, cosa que inquietaba demasiado a la burguesía chilena, que la convenció de pasar a la represión sangrienta, aprovechando para deshacerse de los reformistas serviles usados hasta la cuerda. El gobierno chavista teme por encima de todo el despertar de luchas proletarias; como ayer en Chile el gobierno de Allende, es sin lugar a dudas un gobierno defensor del capitalismo; es por esto por lo que Chávez, al mismo tiempo que ordena la amnistía a los golpistas de 2001-2002, envía la policía a cargar sobre los obreros: el ejemplo lo tenemos este 4 de marzo cuando la Guardia Nacional reprimió severamente a los trabajadores de la empresa siderúrgica Sidor (gigantesca y estratégica empresa – 4500 trabajadores fijos y 8660 «tercerizados») (17) en lucha desde hace meses por aumentos de salario. Ya el 24 de febrero, el ministro del trabajo, que se dice “trotskista”, había condenado la marcha de ese día calificándola de «contrarrevolucionaria». Dicho ministro que se presenta como un «mediador» entre la dirección de la empresa y los representantes sindicales, en los hechos se cuadró con los intereses de la primera (18).

Al día siguiente del fracaso de las negociaciones, el 14 de marzo, los trabajadores comenzaron a declararse en huelga (antes mismo que los sindicatos lanzaran la consigna), las autoridades temprano enviaron a la Guardia Nacional a despejar a la empresa por la fuerza; varias decenas de obreros fueron arrestados, varios de ellos fueron heridos por tiros de escopetas cargadas con perdigones, y 53 que fueron acusados de cometer el delito de «entraba a la circulación».


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Con el PSUV, el gobierno, apoyándose en los recursos del Estado, trata de dotarse de un gran partido que divida al país en zonas, y que sea capaz de encargarse del control de las masas. Pese a todos sus discursos pseudo-revolucionarios, un partido que exalta los valores interclasistas, burgueses, de la democracia, la patria, la unión del pueblo, será un partido procapitalista, antiproletario; será el partido de la conservación social y de la defensa del orden establecido.

Contra ese partido, contra ese gobierno, contra el Estado burgués, contra el capitalismo y el imperialismo, los proletarios no tienen otra perspectiva que la de constituir sus propias organizaciones y su propio partido sobre la base de sus intereses exclusivos de clase, distintos y opuestos al de las demás clases menos o más poseedoras.

El programa de este partido de clase no está para imaginarse o inventarse de manera creadora; es un programa codificado por el marxismo invariante, confirmado por la larga historia de las luchas entre las clases y las revoluciones, es el programa de la revolución comunista internacional que implica como condiciones: el armamento de los proletarios, la toma insurreccional del poder, el desmantelamiento del Estado burgués y la instauración de la dictadura del proletariado, indispensable no sólo para vencer la contrarrevolución, aplastar la dominación burguesa y neutralizar las clases pequeño-burguesas; sino también para intervenir despóticamente en la economía a fin de arrancar de raíz al modo de producción capitalista.

Pero antes de esa conquista, el partido de clase es necesario para dirigir las luchas cotidianas de resistencia a los patronos y su Estado, combatiendo a quienes sabotean sus luchas, a las fuerzas pseudo-obreras y pseudo-revolucionarias, y laborando por unificar y centralizar las luchas en un sola lucha general.

Es al calor de estas luchas que el proletariado encontrará la energía para reunirse en torno a este partido de clase, y lo que podrá finalmente abrir, cuando las condiciones objetivas y subjetivas estén maduras, ¡el período de la lucha final contra el capitalismo mundial!


Partido Comunista Internacional Marzo de 2008


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(1) «Chávez: Reforma Constitucional profundizará la Revolución Bolivariana», Caracas, 20 de agosto (Rebelión org).

(2) c.f. LatinReporters, Madrid 29/11/2007

(3) c.f. Página/12, Buenos Aires, 24/11/2007. Pero Chirino lamentaba que este proyecto no se inscribiera "en una perspectiva socialista". Chirino, que es dirigente de una corriente que pretende nadar y guardar la ropa intacta, llamará a votar nulo. Como premio, lo despiden de su empleo en PDVSA.

(4) Corriente Marxista Revolucionaria, 30/11/2007. Este grupo pertenece a una corriente trotskista de origen británico que practica el entrismo en los grandes partidos reformistas de los cuales se hace defensor. En la versión de este texto difundida fuera de Venezuela, el slogan «patria, socialismo o muerte» fue púdicamente omitida.

(5) Lenin, Oeuvres, Tomo 26, p. 445. Nuestro texto de partido «Struttura economica e sociale della Russia d’oggi» hace una análisis detallado de esta declaración.

(6) Lenin, «Tesis acerca de la Asamblea Constituyente», diciembre 1917. Oeuvres, Tomo 26, p. 400-401..

(7) A.P., Caracas, 22/7/2007. Chávez agregó que sobre la cuestión del respeto a la propiedad privada «Fidel Castro y Lukachenko [Presidente de Bielorrusia] están de acuerdo en que no debemos aferrarnos al dogma, no hay que estatizar la economía». Para Chavez, el socialismo «tiene que ir cambiando en la medida de que el conocimiento, la investigación, la generación de nuevos conocimientos, realidades, vayan obligando a los cambios». Sólo la propiedad privada no debe cambiar....

(8) ‘The rise of the ‘Boligarchs’”, The Economist, 9/8/2007. Muller Rojas acaba de ser llamado por Chávez a tomar la vicepresidencia del PSUV..
(9) c.f. Tesis sobre la táctica del Partido comunista de Italia (Tesis de Roma), 1922. c.f. El Programa Comunista n°26, Febrero de 1978..

(10) c.f. En Clave Obrera n° 14, Diciembre 2007. Este grupo preconiza la creación de un partido independiente de los trabajadores, «de masas», basado en los sindicatos, dentro de lo cual los revolucionarios lucharían democráticamente para difundir sus posiciones: es decir un partido no revolucionario, un partido... ¡reformista independiente del marxismo!.

(11) Vladimir Villegas, El Nacional, 5/12/07. Para los burgueses, incluso pintados de «rojo» y bolivarianos, todo se compra y se vende, incluyendo los "modelos socialistas"....

(12) Les principales partidos chavistas eran el MRV, Patria Para Todos, el PCV y podemos. El PCV y Podemos se niegan a disolverse en el PSUV. Con todo y afirmando seguir conservando su organización, el PCV declaraba: «De todas formas, lo importante es la unión de todos los venezolanos antiimperialistas para defender el gobierno bolivariano y al presidente Chávez (...) Y a esa unidad de antiimperialistas sobre todas las cosas llamamos los comunistas, para defender la patria venezolana».
De todas formas, el PCV ha sido un artesano fanático de la colaboración entre las clases y la sumisión al capitalismo nacional....

(13) Ver el Hilo del tiempo escrito por Amadeo Bordiga: «Preparen al canguro», c.f. Battaglia Comunista, n°10/1951..

(14) Declaración durante la instalación del Congreso Fundacional del PSUV. Caracas, 12/1/08. ABN..

(15) Entrevista de Chávez en el programa Dando y Dando, 11/12/07. c.f. www.aporrea.org/oposicion/n106139.html.: El presidente Chavez destacó los esfuerzos de un grupo de empresarios venezolanos nacionalistas, interesados en dedicar capital y trabajo en su país «Ahora tendremos verdaderos empresarios nacionalistas». Chávez declaraba que «a diferencia de Venezuela, en el resto del continente los sectores patronales defienden apasionadamente la economía de sus países». Por el contrario, en Venezuela, «por la influencia de los Estados Unidos», «existe un significativo sector empresarial desnacionalizado»; «son grupos acostumbrados a sacar recursos de la ‘teta del Estado’ y no de su esfuerzo». En pocas palabras, de capitalistas que no son lo bastante capitalistas....

(16) c.f. El Día, 23/2/2008. Estas acusaciones contra la «ultraizquierda, agente inconsciente de la CIA», Chávez ya las había empleado en 2005 («Aló, presidente», 2/10), luego de incidentes violentos en la región de Bolívar (Pto Ordaz y San Félix) con que los trabajadores de la zona lo esperaban: «¡Hay que ver el tremendo daño que le hizo la extrema-izquierda al compañero Salvador Allende! ¡Le pusieron en bandeja de plata a los gringos la intervención, la extrema izquierda, trabajando para la CIA, a veces sin saberlo!».
Lina Ron, una popular dirigente de los Círculos bolivarianos, miembro del Comité técnico para la constitución del PSUV, había apoyado la ocupación durante 2 horas de los locales del Arzobispado y declaraba que la planta de televisión Globovisión, que venía de sufrir una tentativa de atentado, era «un objetivo revolucionario». Después que Chávez públicamente la mostraba como sospechosa de ser una infiltrada, la dirigente se disculpaba públicamente: «Nuestras acciones disgustaron a nuestro comandante, por lo cual nos disculpamos, pero sólo ante él. No nos arrepentimos de nada, porque la Iglesia, Globovisión y Fedecámaras han estado implicados en los hechos contra la patria y contra Hugo Chávez»....

(17) Los trabajadores y las empresas «tercerizadas», son las empresas creadas para desacoplar o desembarazar de la empresa-madre (v.g. PDVSA, Sidor, Electricidad de Caracas) aquellos sectores de actividades de la producción misma, y de los servicios que acompañan a esta producción (limpieza, cantinas, farmacia, transporte y embalaje, ensamblaje, etc), que emplean a miles de trabajadores, que ya no tienen que ver con la empresa Sidor en sí, sino que dependen de esta empresa "tercera", cuyo contrato colectivo siempre estará por debajo del contrato principal que beneficia sólo a un porcentaje menos elevado en el total de la plantilla de la empresa.

Desde hace más de veinte años, esta estrategia es utilizada por la Unión Europea, persiguiendo dos objetivos que permitan reforzar la seguridad y el orden burgués: nada menos que la pulverización de la unidad y la solidaridad de clase, y la debilitación de su fuerza principal: su número. Con la proliferación de obreros sub-contratados, el patrón lleva una ventaja importante a la hora de los conflictos, debilitando el número de proletarios reclamantes, debilitando su fuerza y cohesión, productos de estas divisiones y subcontrataciones.

(18) Las negociaciones con la dirección por la renovación de la contratación colectiva había caducado hace... ¡13 meses! La reivindicación central es el aumento de salario de 20 a 60 BF diarios (es decir de 9.30$ a 27,9$) mientras que la dirección propone sólo 22 BF (10,23 dólares). En varias ocasiones, ha sido bajo la presión directa de los obreros que los dirigentes del sindicato Sutiss se han visto obligados a llamar a la huelga. Como buenos chavistas, estos dirigentes sindicales buscan evitar que se desencadene verdaderamente une lucha obrera abierta. La Siderúrgica del Orinoco (Sidor) es una de las más grandes acerías de América del Sur; de esta, el grupo ítalo-argentino Techint es su más importante accionista (60% de las acciones) desde su privatización a finales de 1997, mientras que el Estado tiene entre 30 y 40% de las acciones – en 2003, el gobierno chavista había aceptado convertir en acciones la deuda de Sidor contraída con el Estado venezolano..

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