Cierre de Just Garments; Forzado a finalizar sus Esfuerzos como Productor “Sweat-Free”.

by Traduccion de CEAL Friday, Nov. 30, 2007 at 1:00 AM

Declaración de USLEAP ante el cierre de Just Garments Mayo de 2007.

El cierre de Just Garments hace algunas semanas marca un final triste a un esfuerzo valiente para establecer una maquila sindicalizada en El Salvador produciendo para el Mercado “sweat-free” en el Norte. A pesar de los dignos y tenaces esfuerzos de parte del sindicato y la administración de la planta, que resultaron muy costosos personal y profesionalmente, Just Garments no ha podido superar la oposición de fuerzas locales, de la naturaleza voraz de la propia industria textil, de la falta de desarrollo en el mercado “sweat-free” en el norte, y de su manera única de funcionar como cooperativa sindicalizada.

Una Breve Historia de Just Garments

Just Garments surge en medio de una campaña organización de maquila en El Salvador 2001, en una empresa Tainwanesa, Tainan Enterprises. El Sindicato de Trabajadores de Industrias Textiles, STIT, logró reconocimiento legal en Julio de 2001, mas sin embargo, enfrentaba las reacciones antisindicales típicas de parte de la empresa, incluyendo el despido de líderes sindicales. Desde el inicio el STIT en Tainan recibía apoyo internacional de la Federación Internacional de Trabajadores del Textil, Vestuario y Cuero (FITTVC), la AFL-CIO y USLEAP como también de la ONG salvadoreña, CEAL.

En aquel entonces, los clientes de Tainan incluían Kohl’s, Target y Gap. Mientras que Kohls y Target resultaron insensibles a las solicitudes de intervención, Gap se involucró una vez que se lo solicitó el sindicato y sus aliados. Aunque Gap solo era una pequeña parte de la producción en El Salvador, a nivel global era uno de los clientes mas grandes de Tainan. A finales del 2001, Tainan fue convencido, finalmente, a reinstalar los líderes sindicales despedidos y acordó a reunirse con un “comité de asuntos laborales” para resolver problemas. Pero los problemas del sindicato solo acaban de empezar.

El 18 de abril 2002, el sindicato pidió negociaciones de contrato colectivo. Una semana después, Tainan cerró sus operaciones en El Salvador, dando inició rápido a una energica campaña internacional que a lo largo sumaron muchos miembros de movimiento anti-sweatshop. La campaña se caracterizó por una estrecha coordinación trinacional poco común entre El Salvador (STIT-CEAL), la ONG Taiwanesa “Focus on Globalization”, y grupos en los EEUU (incluyendo USLEAP). Esta campaña trinacional empezó a dirigirse hacía todos los clientes grandes de Tainan, varios de los cuales acordaron a intervenir con el fabricante. La campaña finalizó con un día de acción trinacional para el 13 de junio, que fue dirigido por la Campaign for Labor Rights, USLEAP, CEAL y Focus on Globalization. En los EEUU el blanco de la campaña fue “Foot Locker”.

Poco tiempo después, Tainan acordó mandar los gerentes de alto nivel a El Salvador para negociar una resolución al conflicto. Las negociaciones fueron facilitadas por la FITTVC y fueron acompañados por el Centro de Solidaridad de la AFL-CIO, USLEAP, Focus on Globalization y UNITE entre otros. Mas sin embargo, una resolución inmediata no se logró. UNITE asumió la campaña para una resolución, como un componente en una campaña más grande contra la marca, que enfocaban globalmente en Gap.

Posteriormente, una segunda ronda de negociones entres STIT y Tainan se realizó en San Francisco que terminó en una resolución a finales de 2002. El Centro de Solidaridad, Focus on Globalization y GAP fueron los testigos.

La resolución marcó una significativa, aunque incompleta, victoria. Por primera vez, trabajadoras/es centroamericanos ganaron la reestablecimiento de una fábrica de maquila que había sido cerrado debido la organización sindical. Tainan acordó establecer una nueva empresa con una junta directiva formada por un representante de Tainan y uno del lado de los/as trabajadoras/es. Tainan también acordó a proporcionar la maquinaria y capital inicial para levantar la fábrica sindicalizada y proveer soporte técnico. En abril 2003, la nueva empresa fue lanzada como “Just Garments”. Posteriormente, UNITE y Gap llegaron a un acuerdo en que Gap confirmó que colocarían pedidos con la nueva fábrica, haciendo un comunicado de prensa calificando la victoria de Just Garments como “la primera fábrica de prendas para exportación independiente y plenamente sindicalizada en el país.”

Just Garments fue aclamada como una victoria importante por el movimiento anti-sweatshop, y especialmente importante en El Salvador donde hasta ese momento los sindicatos independientes no habían podido ganar un contrato colectivo a pesar de de varios esfuerzos de los cuales muchos fueron apoyados por campañas internacionales.

El entusiasmo y apoyo de los/as trabajadores/as, el sindicato y CEAL fue moderándose en reacción a las dificultades que enfrentaba Just Garments desde el principio. Por ejemplo, empresarios locales negaron alquilar a Just Garments el espacio que se preferían y el gobierno negó, por meses, liberar las máquinas de costura a Just Garments. A los empleadores salvadoreños y el gobierno no les interesaba ver triunfar Just Garments.

Tal vez fue aun más significante el hecho de que el apoyo técnico de Tainan en realidad casi no existía. USLEAP y otros urgía a Tainan a mandar un gerente de maquila experimentado a El Salvador para ayudar a Just Garments en su esfuerzo de montar una fábrica maquila desde el principio pero Tainan negó hacerlo. Just Garments, o sea Gilberto Garcia (quien había ayudado a organizar el sindicato en Tainan y luego acordó servir como representante del sindicato en la junta directiva de Just Garments después de que otros candidatos no aceptaron hacerlo) y el STITT, fueron obligados a asumir una tarea en la cual no tenían experiencia anteriormente: montar una fábrica de maquila. Pese de que fue un reto que asumieron con vigor y compromiso, no fue sorprendente que Gap declaró que las muestras iniciales producidos por JG no llegaban a los niveles aceptables de calidad. (Algunos pensaban que el rechazo de Gap fue motivado por un deseo de socavar la fábrica, pero problemas de calidad surgieron posteriormente con No Sweat con un pedido para pantalones en la temporada navideña en 2004).

Gap trabajó extensamente con Just Garments con el afán de incrementar las capacidades técnicas de la fábrica, financiando una evaluación de la fábrica y sus necesidades, identificando las empresas que podrían ayudar a Just Garments a desarrollar una operación productiva, y aun ayudando en la compra de piezas claves para el equipamiento. Sin embargo, una desconfianza profunda entre Gap y el sindicato impidió comunicaciones y la posibilidad de desarrollar una relación de negocio basada en suficiente confianza. Por último en el otoño de 2004, Just Garments y Gap se pusieron de acuerdo en una propuesta que esencialmente era el equivalente de pagar una suma en vez de estar involucrado directamente de parte de Gap. Gap acordó proveer $124,000 como financiamiento de un plan de desarrollo de negocios, con el fin de asegurar apoyo técnico y proveer capital de inversión. Como condición de dicho acuerdo, Gap no colocaría ordenes en el futuro.

Ayuda adicional para Just Garments vino del Consorcio de los Derechos de los Trabajadores y de los Estudiantes Unidos contra la Explotación. Una campaña contra Lands End debido al uso de su proveedor en El Salvador, Primo, de una lista negra que contenía el nombre de trabajadores que apoyaban al sindicato, fue resuelta cuando Lands End accedió a proveer a Just Garments ayuda técnica y materia prima. Empleados colocados en lista negra estaban empleados por Just Garments. Sobre el curso de la corta vida de la fábrica Just Garments, muchos más grupos e individuos además de los mencionados en esta declaración, se inclinaron por apoyar el sueño de Just Garments, haciendo campaña por apoyar los esfuerzos por animar la colocación de ordenes en Just Garments.

En el Otoño de 2004, Just Garments hizo la decisión de producir para el emergente mercado “libre de sudor”, esencialmente debido a que no podía producir para las grandes marcas y seguir siendo “libre de sudor”. El nuevo plan de negocios fue lanzado con renovado entusiasmo pero, en retrospectiva, esta fue una idea que se adelanto a su tiempo.

A pesar del crecimiento del mercado “libre de sudor” en los EE.UU. el mercado resulto ser pequeño y fracturado. Asegurar ordenes de EE.UU. resulto no ser tan fácil. Las Comunidades Libres de Sudor, un componente crucial del movimiento contra las talleres de explotación en los EE.UU., ha tomado nota de la importancia de entender y saber encaminar la naturaleza del todavía emergente mercado libre de sudor, luego de analizar la experiencia de Just Garments, antes de lanzar un esfuerzo similar en el futuro.

Durante todo este tiempo, Just Garments estaba incurriendo en deudas debido a tratar de pagar a sus trabajadores, renta, la cuenta de electricidad y mas, con solo pequeñas ráfagas de ingresos. A pesar de la determinación del sindicato y de la voluntad y optimismo de Gilberto García, Just Garments se mantenía a sí misma con ordenes ocasionales, con creatividad de los trabajadores, y esfuerzos para crear nuevas iniciativas para mantener la fábrica en pie. Muchas iniciativas se exploraron que podrían haber creado el aumento del apoyo necesario para que la fábrica tuviera finanzas firmes y bases productivas, pero ninguna de estas iniciativas tuvieron éxito. Just Garments fue forzada a tomar trabajo subcontratado, el que paga menos y que no ofrece seguridad de sobreviviencia en el largo plazo (esta “estrategia” había sido originalmente rechazada por el sindicato en la primera ronda de negociaciones en Julio de 2002). Cada mes de operación, Just Garments se hundía más en sus deudas. Varios esfuerzos se realizaron para recolectar apoyo simplemente para pagar los gastos básicos, incluidos electricidad y en diciembre de 2005, salarios y una fiesta navideña.

En diciembre de 2005, STIT inició una campaña dirigida a Superior Uniform Group, una compañía estadounidense que usaba una compañía local como contratista, la cual a su vez había contratado como subcontratista a Just Garments. La campaña solicitaba la reanudación de los pedidos y un mejor precio para este trabajo subcontratado. La campaña tuvo éxito en asegurar el regreso de las ordenes pero estas fueron insuficientes tanto en términos de calidad y precio.

En el mismo período, el gerente de Just Garments renunció de su posición. El había trabajado extensamente y creía en la visión de Just Garments, pero no podía sostener sus esfuerzos en vista que no podía procurarse un salario estable. Desde su dimisión, la fábrica fue manejada esencialmente como una cooperativa de trabajadores.

A lo largo de estos ensayos, el representante legal de Just Garments, Gilberto García, y el sindicato (STIT) crearon y asumieron decisiones estratégicas sobre la dirección – y la sobrevivencia – de la fábrica. Más de una vez estuvieron muy cerca de decidir el cierre de la fábrica. Bajo estas circunstancias, fue que Just Garments sobrevivió por medio de pequeños milagros, pero estos pequeños milagros salían de las espaldas de los trabajadores restantes y de Gilberto García.

Just Garments, estaba cerca del naufragio cuando SEAC International LLC, una nueva compañía creada para importar productos para el mercado “libre de sudor” en los EE.UU., entró en escena en febrero de 2006. Aunque SEAC fue visto con gran optimismo cuando ellos aceptaron proveer un préstamo considerable para implementar el nuevo plan de negocios, las relaciones entre SEAC y Just Garments se tornaron pronto en amargas recriminaciones de ambos lados, luego que Just Garments no podía pagar las cuotas del préstamos, mucho del cual había sido asegurado por cartas de compromiso individuales de personas que apoyan el movimiento “anti sweat shop” en los Estados Unidos. Just Garments ha pedido la mediación para resolver la disputa pero SEAC ha declinado y se ha inclinado por opciones legales. Dado que esto podría ser un asunto sujeto a litigio legal, no vamos a hacer futuros comentarios, más que lamentar que esto se ha convertido en un tema de campaña.

Reducido a una fuerza de trabajo de unas tres docenas de trabajadores, la fábrica fue forzada a cerrar cuando el propietario del edificio cerró con llave el edificio el 2 de abril de 2007. Desde ese día, Just Garments ha sido forzada a cesar operaciones y buscar los recursos legales para tener acceso a la planta y realizar los procedimiento finales para realizar el cierre y la bancarrato.

Algunos trabajadores disienten.

No es sorpresa, que el ideal de una cooperativa sindicalizada produciendo para el Mercado libre de explotación, fuera eventualmente acribillado por las continuas dificultades económicas de la fábrica. Algunos trabajadores buscaban continuar la difícil lucha, otros querían continuar, y algunos querían iniciar protestas por la falta de trabajo consistente y salarias. El empleo fluctuaba de acuerdo a los empleos que Just Garments podía generar obteniendo ayudas de campañas en el norte para comprometer a compradores como Superior Uniform Group.

Algunos trabajadores insatisfechos recibieron el apoyo de grupos salvadoreños de Derechos Humanos y mujeres (algunos que previamente han sido acusados de ser antagónicos con los sindicatos). Estos grupos reciente y públicamente denunciaron a Just Garments como un taller de sudor. Pero esta no es la visión del sindicato STIT, que representa a la mayoría de la fuerza de trabajo al momento del cierre y que han realizado una declaración pública en protesta en contra de esta caracterización. Tampoco es la visión de la Confederación Sindical de Trabajadores Salvadoreños, CSTS, en donde están afiliados, la mayoría de los sindicatos legítimos de El Salvador.

Tal como el sindicato ha publicado, la fábrica ha prometido cumplir con sus obligaciones legales con respecto a pagos de indemnizaciones y el costo del cierre. Hay esfuerzos en el camino para ayudar a Just Garments para asegurar los fondos necesarios para cerrar con dignidad. Estos esfuerzos incluyen un proceso legal iniciado por un grupo de miembros de STIT y negociaciones mediadas para determinar compensación a la fuerza de trabajo de Just Garments. En este punto y en este momento, se necesita apoyo para realizar esfuerzos legales para asegurar que Just Garments tiene acceso a los bienes restantes de la fábrica para cumplir sus obligaciones. Muchas organizaciones de la misma red trinacional están involucradas en procurar apoyo a Just Garments en estos esfuerzos.

Cualesquiera que fueran la base fáctica de los cargos citados por algunos grupos, es claro que Just Garments fue cualitativamente diferente en su operación que cualquier otra maquila en Centroamérica. Esta no operaba para dar ganancias a las grandes marcas o a los gerentes locales, pero tenía una misión y visión en que trataba de proveer una experiencia positiva para su fuerza de trabajo sindicalizada (de hecho uno de las críticas a Just Garments, de parte de la industria, era que los trabajadores fallaban en trabajar con la rapidez del ritmo normal de los talleres de explotación). Al final, Just Garments no pudo sobreponerse a los enormes obstáculos que enfrentó.

Lecciones de la experiencia de Just Garments.

Las lecciones de esta experiencia ciertamente necesitan ser examinadas y discutidas, pero esto es un tema de otro foro de discusión. Nosotros conocemos que la historia de cooperativas sindicalizadas de trabajadores es variada y que este no es el primero de estos esfuerzos que ha fallado en sobrevivir como un oasis dentro del mercado capitalista..

La lucha para los derechos laborales en el sector maquila de Centroamérica ha sido caracterizada por trabajadoras y trabajadores valerosos/as pero pocas victorias tangibles bajo la forma de maquilas sindicalizadas con convenios colectivos. El cierre de Just Garments es una pérdida para todos nosotros que tenemos una visión de una alternativa a la economía global actual en la cual se niegan la mayoría de derechos laborales tales como respeto, salarios decentes, y una voz en el trabajo. Por un período, Just Garments nos ofreció esperanza, inspirando a millares de activistas de la contra-corriente a la fábrica de explotación y a otros trabajadores/as de maquila a través del mundo. Los que lucharon tan valerosamente en Just Garments para realizar una visión alternativa, merecen nuestra ayuda, y gratitud.