EL NACIMIENTO DE UNA NUEVA ERA-"DIEZ HORAS CON LA GLOBALIZACION"

by Oscar Sánchez Fernández de la V Tuesday, Apr. 01, 2003 at 7:43 AM
ofdelavega@edu.xunta.es

Globalización: causas,características y consecuencias( las que están aquí y las que se anuncian)

"DIEZ HORAS CON LA GLOBALIZACION"

Autor.-Oscar Sánchez Fernández de la Vega

Editorial .-Netbiblo (www.netbiblo.com)

ISBN.-84-9745-005-1

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EL NACIMIENTO DE UNA NUEVA ERA

En los últimos tiempos han pasado demasiadas cosas y lo que quizás aún sea más importante: ¿no sienten la sensación de que los grandes cambios que se están produciendo están aquí para quedarse?.

Hace solo seis años Alvin y Heidi Toffler, en su obra “Creando una nueva civilización, las políticas de la tercera ola”(1995-Atlanta), afirman lo que hoy ya nadie duda “el actual proceso de cambio social constituye nada menos que una revolución global”. Nos encontramos ante un cambio histórico, probablemente tan importante, y desde luego más global y rápido, que el que se produjo en el Neolítico o con la Revolución Industrial, una“tercera ola” para Alvin Toffler, una “nueva era postcapitalista” para Peter Drucker, una “nueva edad media” para Alain Minc o una “sociedad red” para Manuel Castells.

Pero, ¿qué es lo que está pasando realmente? Algo nuevo, importante y profundo, que al mismo tiempo que esta facilitando que la universalización sea más posible que nunca, está permitiendo que lo pequeño y local, sino es trivial, adquiera significación. Nos encontramos ante algo que puede suponer que tengamos que replantear el concepto de nuestra propia realidad.

¿Qué es lo que primero que debemos saber?. Identificar globalización con mundialización de la economía es simplificar un concepto, que como mínimo es precisable. No nos encontramos ante una ideología ni ante una opción sino ante un hecho objetivo, multidimensional que admite en su concepción gran elasticidad. Empezamos a ser conscientes que la globalización es mucho más que la integración de los mercados financieros, la apertura de los mercados en general y la fragmentación de la producción, facilitada por movilidad del capital, la tecnología, la mejora de las comunicaciones y los transportes. La globalizaciónón se está presentando como un estado de ánimo, un cambio cultural y de mentalidad , como una posibilidad de que surja una nueva sociedad civil global, y por lo tanto como algo con capacidad suficiente no solo para afectar a nuestra organización social, económica, política, sino también a nuestros principios, valores, creencias y en general a todas aquellas cosmovisiones que fueron referencias paradigmáticas de nuestra forma de ver y entender el mundo.

La mundialización de la economía es un vector determinante del proceso global, pero no es el único. Existen otros no menos importantes como son: la eclosión de las nuevas tecnologías, la cobertura planetaria de las comunicaciones, el cambio en el modelo de transmisión de inteligencia en las organizaciones, la desaparición paulatina de intermediarios innecesarios, o bien la aparición de una nueva forma de hacer economía. La Nueva Economía que está facilitando el paso de una economía física a una economía de las ideas, está basada en el conocimiento, sustentada en una organización red y apoyada en las nuevas tecnologías. No tiene aún un peso específico importante en el contexto global, pero si está siendo determinante en la renovación de la economía tradicional.

Por otra parte el cambio es imparable, nadie puede frenarlo, su poder prometeico nos lo impide. La globalización constituye un proceso complejo e irreversible, que nos afecta a todos en cuestiones primordiales para la humanidad, es decir en temas que se han universalizado como son los que conciernen a los Derechos Humanos, ampliados en las últimas décadas por los planteamientos ecológicos. El crecimiento económico ya no se puede seguir realizando a costa de agredir brutalmente al medio natural y humano. En realidad creo que existen fuerzas no económicas lo suficientemente poderosas para que el proceso global no se pare.

Todo lo anterior, le está dando al mundo un nuevo rostro que unos se imaginan terminará adquiriendo rasgos humanos, porque consideran que el proceso va a ser de suma positiva para la condición humana, pero otros intuyen que podría llevarnos a un mundo más injusto y desigual. Estos últimos piensan que nos encontramos ante una nueva etapa del desarrollo del capitalismo, ante un neoliberalismo que califican de salvaje y descontrolado, que está dilapidando las bondades de la economía del bienestar y que nos está llevando a una época antisocial, conservadora, de revolución de élites, a un nuevo modelo de aparheid para aquellos que tienen poco acceso a las nuevas tecnologías, o no lo tienen en absoluto. Para ellos la tal aldea global no existe y lo que si existe, es el encuentro interesado de las grandes potencias económicas y de grupos económicos que realizan alianzas estratégicas en el campo de las nuevas tecnologías, sin otro objetivo que la búsqueda del poder económico y la satisfacción de la metafísica nihilista de la voluntad de poder. Todos los planteamientos que descalifican la globalización en general, probablemente por limitarla al terreno económico, tiene algo en común: su lenguaje pertenece al ayer. En un capítulo posterior analizaré una serie de proclamas ie de proclamas afectados por prejuicios de la era industrial y por lo tanto anacrónicos, que pudieran ser verdades a medias y por lo tanto ineficaces ante estructuras colosales de poder muy bien organizadas y blindadas.

En cualquier caso lo que si hemos de reconocer es que la revolución ya ha comenzado. Y aún encontrándonos en sus orígenes nos abruma y desconcierta. El fenómeno posee fuerzas internas de gran actividad, extraordinariamente capaces, con potencialidad suficiente para liquidar el pasado inmediato; cuestionar, precarizar,ie de proclamas desordenar el presente y para que la anticipación del futuro se convierta en un imperativo categórico, en el sentido kantiano de la palabra, que debemos afrontar.

Ante todo esto, los estados parecen encontrase estupefactos, sobrepasados por circunstancias que se escapan a su capacidad de asimilación y reacción. Se cuestiona su capacidad de control en general, sus leyes y sus Constituciones se vuelven obsoletas El mundo se globaliza pero las instituciones estatales no. Los Estados y sus gobiernos, en especial los europeos, asisten anonadados a la pérdida de protagonismo y de control sobre su propia economía. La política monetaria y fiscal se entrega a los Bancos Centrales, pierden el monopolio y control sobre sus divisas y son incapaces de acometer las inversiones necesarias que el mercado imperfecto acierta a establecer.

El control económico a escala mundial está pasando a empresas o a grupos de empresas que hacen alianzas estratégicas en el terreno tecnológico y que son capaces de crear normas de aceptación general, como ocurre en el caso de Microsof, Master Card, Visa, por poner tres ejemplos que nos son familiares. Normas, por otra parte, perfectamente compatibles con cualquier diversidad cultural, tribal en el mejor sentido de la palabra, como veremos en el capítulo dedicado a “Nacionalismo y Globalización”.

Los estados pierden poder y capacidad de control. Su poder se vuelve difuso. El Poder Legislativo va perdiendo capacidad suficiente para crear un nuevo marco legal, adecuado para resolver los graves problemas que esta generando el nuevo contexto global, en el que están apareciendo problemas relacionados con la intimidad, libertad, propiedad intelectual, seguridad, derechos humanos, ecología, control de la economía, etc. Al mismo tiempo el Poder Ejecutivo y el Judicial, simplemente no parecen estar capacitados, en estos momentos, para resolver los nuevos problemas que genera la revolución global.

Ante tal situación, se impone la necesidad de un cambio social capaz de reinterpretar nuestro presente, definir nuevos conceptos, anticipar nuestro futuro y en definitiva identificar lo que Thomas Kuhn denomina ”nuestros paradigmas”, que están cambiando y por lo tanto anunciando una revolución en el sentido más amplio de la palabra. Ha llegado el momento de reordenar nuestras prioridades, redefinir nuestros puestos de trabajo y de plantearnos la necesidad de formarnopermanentemente, asumiendo papeles cambiantes. En cierto modo el tiempo se acelera y la distancia se muere. El acceso secuencial al conocimiento está siendo cuestionado por el diluvio de información general que nos llegan por los múltiples medios de comunicación, una información no discriminatoria según la edad, es decir por una parte nuestros jóvenes están recibiendo una educación lineal, secuencial y por otro están experimentando un ambiente informativo y educativo al que acceden de manera aleatoria.

El mundo cambiará en la medida que cambiemos todos. La juventud ya lo está haciendo. Nadie debe dudar de la excelente capacidad que están mostrando los jóvenes a la hora de adaptarse a los nuevos medios, lo cual hasta cierto punto es lógico si reparamos en que, hoy en día, están más preparados para comunicarse y colaborar que para recibir órdenes. Todo ello refleja una nueva forma de pensar y actuar, que esta inquietando a los críticos y escépticos habituales, que se ven incapacitados para dar el paso psicológico necesario para adaptarse a la nueva realidad, sintiéndose inseguros y amenazados por un cambio que se resisten a entender. No creo que la globalización de lugar a una división generacional, ni mucho menos, como apunta Nicolas Necroponte. Es cierto que los jóvenes se están adaptando mejor a los cambios, pero no lo es menos que la gente mayor también los están asumiendo, por una razón muy sencilla e inequívoca: con ellos mejora nuestra calidad de vida. El esfuerzo de adaptación es muy inferior a la grandes ventajas que supone el disfrute de las nuevas tecnologías.

Ante todo lo anterior, lo que parece razonable es que se promuevan espacios de reflexión a nivel mundial sobre las cuestiones e impactos que contempla la nueva globalización, apoyada en el paso de la “Sociedad de la Información” a la “Sociedad del Conocimiento Útil”, una cuarta ola en el sentido toffleriano de la expresión que mejore al situación actual.

Habrá que identificar los proyectos, clasificarlos, priorizarlos y dinamizarlos en las áreas que contribuyan a la formación de una nueva sociedad. Solo de esta manera nos podremos dotar de instituciones capaces de garantizar los derechos fundamentales de los seres humanos y en especial su libertad. Instituciones que deberán prepararse para manejar la incertidumbre y valorar intangibles, dos de las grandes características del futuro que se avecina.

En esta nueva era, todos debemos convertirnos en investigadores con capacidad de observación alerta no solo para buscar conocimientos sino para sorprendernos con el encuentro de aquellos que no eran buscados en el curso de la investigación. En otras palabras, nos veremos obligados a hacer “Serendipity, palabra que tiene un origen curioso pues alude a una región imaginaria descubierta casualmente en un viaje (Remer, Th.G,1965).

Estas nuevas circunstancias pueden variar el concepto de la actividad y el rigor científico, precarizando todo tipo de metodología , desde el deductismo aristotélico a los paradigmas kuhnnianos, pasando por el inductivismo, el experimentalismo, el neoempirismo, Popper, etc..El ritmo del progreso científico se ha acelerado de tal manera y los campos de análisis científico cambian y avanzan de forma tan vertiginosa, que cada vez más, se suscita la necesidad no solo de crear nuevas formas de organización de la investigación, que ya se están creando, sino que en el campo de la metodología científica apremia la necesidad introducir la incertidumbre y la valoración de lo intangible, a la que hice referencia anteriormente.

Nos vamos a ver obligados a realizar el esfuerzo intelectual de anticipar el futuro, tanto a nivel individual como colectivo. Y tal planteamiento, no es tarea fácil en un mundo en el que, en las últimas épocas cegados por los prejuicios de la era agrícola e industrial, pensábamos que lo que se avecinaba era una nueva revolución industrial. En realidad nos hemos encontrado inmersos en la revolución vertiginosa de los servicios en general y en especial de los relacionados con la industria, la informática, telecomunicaciones, transportes, biotecnología, microelectrónica, la nanotecnología en general, entre otros desarrollos influyentes.

La fe ciega en la ciencia y la tecnología, propia de aquellas épocas, nos llevó a despreciar en la educación el papel de la filosofía, la literatura, la historia, la sociología, las humanidades en general , olvidando que son las materias que permiten a los pueblos discernir y desarrollar el sentido crítico, necesario para elegir lo mejor en democracia y poder controlar el poder político, siendo además imprescindibles para definir nuestros problemas.

Con certeza nadie sabe lo que nos espera y como afectará todo esto a las relaciones humanas. Es el momento de preguntarse si el incremento exponencial de la información y el conocimiento accesible, unido a una inmensa capacidad de comunicación global, puede llevarnos a una mayor sensibilización ante los problemas comunes, y si todo ese potencial acabará constituyendo una ayuda real a los más desfavorecidos.

Hasta épocas recientes creíamos avanzar guiados por objetivos que vagamente planteados concernían al incremento de bienestar individual y colectivo. En otras palabras creíamos en un futuro mejor para todos y en términos simples dábamos ese sentido a la condición de la especie humana. Pero ahora desbordados por los progresos científico-tecnológicos arrolladores que hemos mencionado, dudamos si serán aplicados en el sentido indicado o si su objetivo será crear, de acuerdo con el modelo histórico más clásico que ya conocemos, nuevas elites dominantes que pongan toda esa capacidad emergente al servicio de intereses estrictamente particulares. La incógnita sobre si será así permanece inquietantemente abierta.

Somos nosotros mismos, los que con nuestros proyectos y actuaciones llenamos de contenido el futuro. Deberíamos asumir la obligación ética de dirigirnos a la búsqueda de soluciones globales que resuelvan los problemas no solo colectivos, sino también individuales. Por ello tenemos la obligación de constituirnos en atentos escrutadores de este maravilloso caos del que deberá salir un nuevo orden que no considere a los valores económicos como únicos y universales, y se apoye en otros con raigambre histórica y conocidos por todos. Tal vez va llegando el momento de plantearnos la existencia de un “Estado Universal”, por encima de unos “Estados-Nación”, e incluso de los “Pueblos-Nación”, y de considerar que la única nación que realmente existe es la que constituye el propio individuo, autentica odisea vital interior y exterior, auténtico cosmos, único objetivo válido de cualquier “protección” estatal.

Tal vez en esa búsqueda y no en otra se debería convertir la gran aventura de la “globalización”, empleando en ella toda la alegría de la nueva sociedad del conocimiento.



"DIEZ HORAS CON LA GLOBALIZACION"

PRESENTACIÓN Y 40 PREGUNTAS/TEMA FUNDAMENTALES QUE ABORDA EL LIBRO

Autor.-Oscar Sánchez Fernández de la Vega

Editorial .-Netbiblo (www.netbiblo.com)

ISBN.-84-9745-005-1

Obtenga información sobre el libro en : www.elmundolibro (libros más valorados por los lectores en las últimas semanas).com, www.elcorteingles.es, www.amazon.com, www.powells.com , www.google.com , www.yahoo.com , www.Lycos.com



Original: EL NACIMIENTO DE UNA NUEVA ERA-"DIEZ HORAS CON LA GLOBALIZACION"